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DISEÑOS PARA EL BIENESTAR

“En el ser humano, el diseño de un entorno y su ambientación afectan de manera significativa sus emociones, pudiendo formular una diversidad de experiencias, en tanto constituye su medio y espacialidad donde habita”, asegura María Carolina Montt, Directora de la Escuela de Diseño de Interiores de la Universidad del Pacífico. 


Entre los factores de diseño que ejercen influencia en nuestros estados emocionales, la especialista señala que hay que considerar las condiciones de iluminación, el mobiliario, el estilo arquitectónico, las formas y superficies, los objetos, los colores, las proporciones espaciales, los olores, la acústica y el clima, entre otros. “Todos ellos son elementos que actúan sobre la alegría, satisfacción o felicidad, como asimismo en las sensaciones de disgusto, incomodidad, agobio o insatisfacción, y que apelan a todos los sentidos del ser humano”, explica. 


Agrega que si bien el grado de emoción que produce un entorno es recibido de forma particular por cada sujeto y también de forma colectiva, existen otros elementos que afectan en la percepción y que no son propiamente de diseño, sino de la naturaleza particular de cada persona, como su historia, vivencias y cultura, lo que ciertamente nos diferencia en la forma de reaccionar e interactuar. 


Sin embargo, de todos los factores, indica que uno de los más relevantes es el color. “Esto es debido a que posee un valor expresivo en las emociones e interviene en la cualidad y calidad del ambiente y en las necesidades básicas sensoriales, como el de proporcionar descanso y bienestar físico, conduciendo de esta forma a emociones positivas, a experiencias de felicidad y alegría, aminorando las negativas como el estrés y ansiedad”, precisa.


Carolina Montt enfatiza que si bien los factores culturales, sociales e históricos son determinantes en la forma como son percibidos los colores, existen aspectos que son inherentes a la naturaleza humana, como los psicofisiológicos, en donde el color se puede experimentar a través de sensaciones tanto físicas como afectivas. “Son conocidos los estudios científicos que señalan que los colores tienen efectos particulares sobre el sistema nervioso, la presión sanguínea y órganos del cuerpo humano afectando a sus emociones, aunque Goethe ya lo había anunciado con mucha anticipación al señalar que ‘los colores actúan sobre el alma y pueden provocar tristeza o alegría’, tratando de argumentar una teoría inexistente hasta entonces, que sirviera especialmente a los pintores para profundizar no solo en los aspectos estéticos, sino en sus significados psicológicos, produciendo un efecto en los estados emocionales de las personas”, puntualiza. 


La directora de Diseño de Interiores de la U. del Pacífico, menciona también otras variables que pueden afectar nuestras emociones en el conjunto de un diseño global. “Se han estudiado a lo largo de la historia evolutiva del hombre aquellos componentes que nos producen genéticamente afectos positivos, como son por ejemplo la luz cálida, el clima templado, sabores dulces y olores agradables, música y sonidos armoniosos, colores brillantes y saturados, objetos simétricos, formas redondeadas, sensaciones, sonidos y formas ‘sensuales’ y golpes rítmicos, entre otros, que invocan todos nuestros sentidos. Sin embargo, no existe un conjunto de normas que puedan asegurar una emoción positiva que nos produzca placer y felicidad, ya que el ser humano es muy complejo y con claras las diferencias individuales”, comenta.


Es tanto el poder del diseño en las emociones, que desde las últimas décadas los diseñadores han ido incorporando el factor emocional en el diseño. “Se ha ido comprendiendo que atender el diseño únicamente desde la dimensión de usabilidad es deshumanizador, pues cuida los aspectos cognitivos de los seres humanos, abandonando los emocionales. Hoy el diseño busca integrar a las personas en todas sus dimensiones y no basta que sea solo funcional; también requiere ser atractivo y que nos produzca placer. Un producto nos puede producir orgullo porque denota status social, o nostalgia cuando nos recuerda tiempos pasados, provocando una respuesta emotiva en las personas a través de su interacción, lo que generará una experiencia placentera y creará un vínculo que va más allá de su simple utilidad”, dice la experta. 


 


Un ejemplo claro es el diseño de los teléfonos móviles, que buscan superar notablemente las características básicas de la comunicación. “Se ve


en la incorporación de elementos estéticos como tonos personalizables, carcasas de colores, íconos que son más que simples ornamentos, pues


producen una relación más positiva con el usuario y, por lo tanto, de mayor satisfacción. Es decir, consiste en reenfocar el diseño desde lo


puramente práctico, hacia productos y servicios que se disfruten y que produzcan placer y felicidad”, finaliza la directora de Diseño de Interiores


de la Universidad del Pacífico.


 


M. Paulina Reinhardt Lagos


Coordinadora Portal Empleos ALUMNI


Fono: 22862 8826


alumni@upacifico.cl


 


Información:


www.cyberpadres.com/noticias/diseno_bienestar.html